Carta al presidente
Apreciado sr. Santos: Debería comenzar con una frase de Chipi Chipi, la canción de Charly García: “yo nunca fui a New York, no sé lo que es París" porque yo, presidente, no he viajado por el mundo ni nací en cuna de oro como usted, aunque, al igual que la suya, mi familia fue liberal y luego, como usted, se volvió uribista. Pero lo que soy yo, nunca supe lo que era ser socio de un club, aunque unos primos que sí lo eran nos invitaban a mi hermano y a mí de vez en cuando a la piscina del suyo, uno de los más chichipatos de la ciudad, nada que ver con el Jockey, el Gun o esos clubes elegantes de Bogotá. Sepa presidente, que estudiar fuera del país como lo hizo usted nunca pasó por mi cabeza y menos durante el bachillerato, pues era algo imposible de costear para mi mamá, viuda y secretaria; tampoco pensar en tener carro (aún no lo tengo) o trabajar en el negocio familiar como la mayoría de los herederos de las familias ricas de todos los países, simplemente porque ese negocio