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Eso que llaman patriotismo

Alguna vez lo padecí, estaba muy joven y vivía lejos, época que coincidió con un mundial de fútbol que siempre será recordado en estas latitudes por trágicas razones que no vienen al caso. Me la pasaba peleando con quien se atreviera a hacer cualquier comentario negativo, llegando a derramar lágrimas por culpa de una tierra que no me causaba más que vergüenza. Con el tiempo terminé cuestionando el tomar partido por un país al que sólo me unía el haber nacido en él, con el que no compartía la manera típica de actuar ni de pensar de sus habitantes. Decidí renunciar a defenderlo y dedicarme a criticar, intentando en lo posible a través de mi actuar cambiar lo que no estaba bien -al menos en mi vida-, porque entendí que hace falta mucho más que desearlo para cambiar las cosas (a menos que fuera el deseo de muchos). Y es que desafortunadamente dicho “sentimiento" permanece dormido durante la mayor parte de nuestra vida y sólo despierta -exaltado- en situaciones en las que medimos

Este loco invento

Ya no puedo recordar cómo era mi vida antes; tal vez al levantarme y después de servirme el café prendiera la radio o el televisor; es posible que leyera el periódico o simplemente mirara por la ventana o hablara con las personas que vivían conmigo. Puede que no lo sepa, pero estoy segura de que no soy la única. Y es que, ¿alguien sabe cómo nos comunicábamos con los familiares o amigos que vivían lejos? ¿Qué hacíamos con nuestro tiempo muerto, ese en que no estábamos trabajando, estudiando, durmiendo o enamorándonos? Me dirán que usábamos el teléfono, hacíamos visita, íbamos al cine o nos sentábamos en una panadería a tomar café o gaseosa con pan. Pero para bien o para mal, nuestra existencia nunca será la misma: Internet se ha adueñado de ella y de nuestro tiempo. Tenemos a la mano desde pornografía hasta noticias de todos los rincones del mundo; desde vídeos de artistas desaparecidos hasta películas que aún no han llegado a los cines; desde recetas de cocina hasta la muerte de

Creo que he cumplido

Porque estoy en este mundo sin haber pedido venir Mi único deber es conmigo mismo Hacer por mí lo que mis padres y nadie pudo Buscar los esquivos momentos de tranquilidad evadiendo la desgracia. Aunque no  todo dependa de mí No necesito a otro a quién hacer feliz Puedo intentarlo conmigo Dejemos a los no nacidos quietos en la nada del no ser En la absoluta paz.

De mí

Soy repetitiva, hay ciertos temas que me obsesionan y sobre los que vuelvo una y otra vez: religión, política, maternidad... Sobre la primera no tengo -ni creo que tenga en el futuro- algo bueno qué decir; con respecto a la segunda, reafirmo mi posición “de extrema" recalcitrante y acerca de la tercera, aunque siento que no he dicho suficiente, prolongaré ese placer para otra ocasión. Últimamente le he dado vueltas a la cuestión del cambio y lo retomo porque algunas personas que dicen tenerme cierto cariño han reclamado mi tendencia a hacer o decir cosas “impropias" para mi edad. A los que dicen que a los cuarenta no queda bien ser revolucionario y menos “de palabra", sólo puedo replicarles que parte de crecer, para mí, es adquirir una voz que “ni de fundas" podría haber tenido a los veinte, cuando mi mayor preocupación era a quién se lo daba. Haber vivido me permite tener una posición frente al mundo, y sinceramente, no encuentro una razón válida para estar

Memorias desde una clínica de abortos

Era un día normal de diciembre, pronto tendría que volver a su ciudad natal para celebrar las fiestas en familia. La abuela respiraba con dificultad en la habitación, las luces del árbol titilaban y ella, más por costumbre que por deseo, sucumbió. Nada fuera de lo normal ocurrió hasta la víspera de año nuevo cuando el olor de las viandas características la mareó y sintió ganas de vomitar. Los siguientes días los pasó en cama con lo que todos creían era un virus estomacal, sintiendo náuseas ante la sola presencia de la comida. Y la regla no le había llegado. Definitivamente al regresar tendría que hacerse una prueba. Las enfermeras que entregaban el resultado no pudieron evitar un “uichhh" recriminatorio al ver su reacción desencantada ante el discretísimo positivo dicho en voz alta en frente de todos. Salió de ahí a la sala en la que él esperaba y no tuvo que decir nada. Había muchas cosas en qué pensar. La cita fue a una hora temprana, primero debieron asistir a una

Pequeñas miserias

Que la rutina me carcome Que la depresión me consume Que tus besos me saben a mentira A soledad y a miedo. Que quiero quemar esta casa Con todo y todos adentro Que a veces te amo con un amor dudoso Que no me alcanza hasta la mañana. Que un día me cansaré de lavar tus trastos Caminaré sobre tus calzoncillos manchados Contestaré sí a esa pregunta y me iré lejos Con sólo una maleta y mi dignidad recuperada.

No soy atea... ¡soy politeísta!

No sé debido a qué intereses económicos el imperio romano terminó claudicando frente a la poderosa iglesia monoteica (me gusta más esta palabra), lo cierto es que, si lo pensamos bien, eso hizo que de ahí en adelante la religión y la vida se hicieran muy pero muy aburridas. Es por eso que, dentro del cuantioso tiempo que he dedicado a pensar y a cuestionar al dios del cristianismo y a todo lo que lo rodea, he terminado por crear en mi vida una especie de agnosticismo salpicado de politeísmo -como el que practicaban los griegos y romanos-, donde conviven una multitud de dioses semihumanos, con poder sobre los diferentes elementos pero que en ciertos casos comparten con nosotros los mortales la incapacidad para intervenir o cambiar ciertos acontecimientos. Me seducen mucho más estos seres  imperfectos, tan mundanos, que no son todopoderosos, que la mayoría de las ocasiones tienen que presenciar impotentes las catastrofes causadas por ellos o no por las que tienen que atravesar sus &

El nombre perfecto

                                               Para mi sobrina Podría pasarme la vida aspirando tu olor Siguiendo cada gesto, cada risa Mirando a través de tus ojos asombrados No tuve que amamantarte para sentirme atada a ti Eres una Victoria de la existencia Que vino a salvarnos de la tristeza y el olvido.

Cambiar o no cambiar... esa es la cuestión

Es el dilema al que nos enfrentamos muchos mayores de 30  años: ¿Debemos seguir siendo los mismos, eternos niños o adolescentes, juguetones, risueños, o es preciso enseriarnos, pensar responsable y conservadoramente, abandonar los ideales juveniles para embarcarnos en la corriente “realista"? ¿Y si el cambio va en sentido contrario a lo que se espera, si se pasa de tradicional a rebelde y contestatario, características atribuidas exclusivamente a la gente “joven"? ¿Si lo que teníamos como ideal de vida deja de interesarnos o se torna  simplemente absurdo? ¿Eso significaría un retroceso o un avance? A algunos les critican que sigan siendo los mismos, que no hayan “crecido"; a otros que  traicionaran los ideales que les fueron inculcados. Al parecer, siempre habrá algo por qué hacernos sentir culpables, aunque el cambio sólo debería ser necesario si nosotros así lo queremos o sentimos. Pero eso a nadie parece importarle, todos quieren imponer su verdad. Tal vez en e

Hermosa maternidad...

Muchos hablan de las maravillas de serlo pero yo aún no encuentro una razón para querer tener descendencia. Puede que en los albores de la humanidad fuera necesario reproducirse -por eso ha sido siempre inherente a nuestra condición de seres vivos-, pero ahora y en este mundo que odio ¿qué justificaría lo que considero una irresponsabilidad? Me parece una falta de respeto con ese nuevo ser traerlo a la vida y una crueldad que en la mayoría de las familias de clase media se les dé a los hijos todo, se los malcríe con cosas innecesarias para luego sacarlos de la casa, de la "vagancia" en pro de la productividad, cuando no se les ha enseñado a ser productivos. Muchos dirán que es la ley de la vida pero es asqueroso que, por ejemplo en E.E.U.U. quieran echarlos cuando obtienen su licencia de conducir -es decir a los 16 años- o les saquen provecho metiéndolos en cuanto concurso, comercial de t.v. o reinado encuentran (como lo podemos ver en los famosos "realities")