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Mostrando entradas de febrero, 2016

Otro día en la red

Decidió que no volvería a indignarse por lo que pasara en el planeta: de nada le servía a las ballenas que ella compartiera imágenes horripilantes de sus matanzas en las costas ensangrentadas de países muy muy lejanos... Era cierto, flaco favor le hacían a los niños palestinos sus ruegos por detener la masacre, es posible que ese día -ni ningún otro- Netanyahu no revisara su twitter y entonces nunca se enteraría de que una valiente suramericana lo había conminado a dejar en paz a sus sufridos vecinos. Eso sí, pensó en lo que en esos momentos podría estar tramando Obama y su ejército de asesinos que predicaban la paz y practicaban las guerras; se preguntó qué cosa nueva estarían inventando las multinacionales para envenenarnos y odió a los políticos de su país por ser tan malditamente ambiciosos y corruptos. Pero ya era hora de bañarse y salir a comprar lo del  almuerzo, asi que cerró su portátil y se metió a la ducha. Cuando salió a las calles soleadas y polvorientas todo

Mi filosofía

Tienen que saber que puedo pasar horas mirando la pantalla y no me importa, nada de lo que veo se me antoja, pareciera que soy inmune a la publicidad... Luego veo cómo acuchillan a una ballena y lloro, veo a los perros abandonados y quisiera llevármelos a todos a la casa: ése es el tipo de cosas que me conmueven. Vienen a decirme que estoy mal, que soy un fracaso porque otras de menos edad ya acumulan muchos y lujosos bienes y yo sólo me hago cargo de una gata con tres patas que puede irse cualquier día. Entiendo su punto, pero no pueden esperar que desee una vida de altibajos económicos/emocionales, caídas de la bolsa, caprichos infantiles y demás, sólo para complacerlos. Prefiero mi rutina de sólo estar, vivir, sin pensar en lo que vendrá. Así quiero que me encuentre el fin de los tiempos que será el fin de mi vida, porque sé que nada me espera del otro lado. Muchos necesitan gurús porque su libro sagrado les dice que no confíen en su razón, que por el contrario crean en toda su

Lamentos

Sé que no debo, pero a veces me descubro sintiendo Me sorprendo esperando que alguna vez lleguen a aceptarme Y me respeten. En ocasiones deseo ser lo que ellos quieren También a veces  lamento haber sido una gran decepción Lo siento más por ellos que por mí: Yo soy sólo un remedo. Sufren porque no soy lo que esperaban Resienten mi fracaso porque es el suyo Nunca pensaron Que el paso por este mundo podría ser de otra manera Tristemente sólo buscaban que me acogiera a su libreto Y yo lo destruí hace tiempo con mis desaciertos. Así que de aquello tan prometedor ya no queda nada Sólo unas cuantas fotos gastadas Y la historia de una vida desperdiciada.