Mi filosofía

Tienen que saber que puedo pasar horas mirando la pantalla y no me importa, nada de lo que veo se me antoja, pareciera que soy inmune a la publicidad... Luego veo cómo acuchillan a una ballena y lloro, veo a los perros abandonados y quisiera llevármelos a todos a la casa: ése es el tipo de cosas que me conmueven. Vienen a decirme que estoy mal, que soy un fracaso porque otras de menos edad ya acumulan muchos y lujosos bienes y yo sólo me hago cargo de una gata con tres patas que puede irse cualquier día. Entiendo su punto, pero no pueden esperar que desee una vida de altibajos económicos/emocionales, caídas de la bolsa, caprichos infantiles y demás, sólo para complacerlos. Prefiero mi rutina de sólo estar, vivir, sin pensar en lo que vendrá. Así quiero que me encuentre el fin de los tiempos que será el fin de mi vida, porque sé que nada me espera del otro lado.

Muchos necesitan gurús porque su libro sagrado les dice que no confíen en su razón, que por el contrario crean en toda suerte de charlatanes y embaucadores. Ahora no son sólo los que prometen una vida después de ésta en un supuesto paraíso: son los que aseguran la obtención de cuanta chuchería es deseada por nuestra gente insatisfecha de objetos, a través de triquiñuelas y rituales absurdos, los que detentan el poder... Se les llama de muchas maneras (hay uno en Venezuela que se autodenomina "arquitecto de sueños") ¿Y qué mejor ejemplo de prosperidad que sus propias arcas llenas? Así nadie lo pone en duda, porque ellos, que hablan de éxito, son exitosos y con eso refuerzan sus propias mentiras... No hay manera de perder, es una apuesta segura.

¿Y si invirtiéramos en otras cosas además de lo necesario y de lo mucho innecesario en conocimiento y sabiduría? No se trata de que todos vayan a la universidad y obtengan un diploma, se trata de que el sentido de la vida sea verdaderamente crecer y desarrollarse, no acumular bienes materiales. ¿Si transitar por cada etapa no tuviera más finalidad que llegar al otro lado siendo mucho mejor, más sabio?

Por la vía del consumo no se llega a ser mejor ciudadano, tal vez se obtenga cierta felicidad, efímera, pero desaparece la solidaridad, porque lo único que importa es la satisfacción de un deseo, el de uno; se genera competencia, envidia, frustración... 

¿Qué tal si cada paso que diéramos tuviera la firme intención de no perjudicar a los demás? ¿Si se educara a la gente en la ayuda al otro, los niveles de violencia no disminuirían consecuentemente? ¿Si ese señor o señora no llegara al banco indispuesto por haber sido casi atropellado por un carro a toda velocidad o por haber viajado con su artritis de pie durante un trayecto de horas porque nadie se dignó a compartir un asiento? ¿Si se instruye en el cuidado del espacio no arrojando basuras, en el respeto por los peatones, a detenerse no sólo en los semáforos en rojo sino en las intersecciones cuando no hay espacio para cruzar para no joder a los demás? ¿Si retornamos al saludo amable, a ceder el paso, a prestar ayuda al anciano, al discapacitado? ¿Y si generamos espacios de crecimiento personal no sólo para individuos, sino para adultos, niños, grupos familiares? ¿Dónde está la población educada, que se deja avasallar por charlatanes y pseudo científicos? ¿Por qué lo investigado no se pone al servicio de la comunidad? ¿Por qué lo descubierto sobre la mejor manera de alcanzar la armonía familiar no se traduce en talleres de formación para padres, hijos y en general en repartir felicidad que esté más ligada a la tranquilidad mental que al éxito material?

Claro, nada de esto les conviene para su mercadeo de objetos, su venta de "experiencias", su lógica de vender todo lo que sea susceptible de ser vendido. Y también lo que no.

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