Un dios impotente
La gente suele asustarse frente a quien se proclama ateo y es que, hay que reconocer que la palabra puede sonar fea; se debería decir incrédulo, librepensador, pagano, abstemio, en fin; en cambio impresiona el hecho de que, 2000 y pico de años después, mucha gente alrededor del mundo crea, no sólo que eso de la venida de Jesucristo realmente ocurrió, sino que volverá a pasar, aunque no sepamos cuándo y haya transcurrido tanto tiempo sin que el hijo del Señor dé muestras de querer asomarse por este agobiado mundo. Resulta sorprendente que, pese al paso de los siglos, estas religiones sigan manteniendo adeptos, construyendo iglesias y convocando seguidores alrededor de la tierra, siendo sus jerarcas exitosos rock star de la "Palabra de Dios", con la suficiente fuerza y poder político para tumbar gobiernos y destrozar imperios enemigos. Aún hoy, sin la segunda venida del Mesías a la vista, con muestras evidentes de que esa deidad es absolutamente ineficaz para detener la ma