¡Dios, si pudiera escribir!
¡Ya quisiera yo escribir para contar! De ardor quemante, fundiciones Voces temblorosas en la noche ciega Cuerpos hechos gelatina Humedades, manantiales descontrolados El espasmo que recorre todo ¿Qué decir, amigo, de labios sobre pezones? De yemas recorriendo hombros, brazos, espalda De piernas anudando otras piernas Dedos rosados en la boca, uno a uno Y luego, ¿cómo expresarlo? Soledad, desolación, separación Un planeta entero en medio de dos que acaban de amarse Lágrimas Ovarios y úteros Sangrados, inflamaciones, contracciones Bebés que no llegaron a serlo Dolores de parto sin haber parido ¿Qué podría decirte, amiga que sueñas con trompas de Falopio? De estremecimientos Punzadas con picahielos en el centro de... ¿Y qué de la muerte, del dolor de cada día? No sabes nada, amiga No sabes nada, amigo Yo no sé nada más que... ¡Háblame, cuéntame lo que sabes! Porque no sé escribir