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Mostrando entradas de octubre, 2025

Yendo hacia ti

 Ansiosa voy a tu encuentro  temiendo que mi cuerpo se disuelva convirtiéndose en un magma inasible al contacto con tus besos o que salga volando  como una cometa sin hilo y se desoriente en el firmamento de tus caricias he deseado tanto tus manos sobre mi piel que me da miedo caer muerta y no poder sentirlas Ahora que el miedo desapareció el mundo quedó en silencio y el éxtasis que me nubla la razón, que todavía hace sentir sus réplicas  por toda mi humanidad quisiera dedicarlo a mis amigas, abuelas, tías a todas aquellas que no supieron  nada del placer.

"Pierde la esperanza y empieza a hacerlo"

 No son pocos los que toleran la existencia gracias a esa idea tranquilizante de: "hoy estamos mal, pero mañana estaremos mejor"; ya sea en referencia a su estado anímico, económico o laboral, la situación del país en el que viven o del planeta en general. Pareciera que la idea de un futuro estado de mayor bienestar que el actual nos sostiene nos permite resistir los embates de la cotidianidad, de la catástrofe ambiental que se avecina, del dolor de la existencia, del vacío y la tristeza que produce que ninguna cosa o actividad nos satisfaga del todo y casi nada dependa de nosotros; pensando que algún día llegará el amor que nos reparará, la verdad que nos guiará, la justicia que nos dará a todos techo y pan: el triunfo de la igualdad.  Pero, ¿de qué sirve esa esperanza? Tal vez solo le sirva a ellos, a los que sí manejan los hilos para que el mundo marche y todos ajustemos el paso, para que continuemos engrasando las ruedas de la inmensa máquina de la explotación y compremos...

¿Nos están quedando pequeños?

 Sin apoyar de ninguna manera las tesis absurdas de que el feminismo perjudicó a las mujeres (y sobre todo, de manera aún más ilógica, a los pobrecitos hombres), pues si bien el haber obtenido logros como el acceso al trabajo y a nuestros bienes no nos ha liberado de las obligaciones domésticas -que siguen siendo mayores en casi todos los casos, lo cual no es precisamente culpa del feminismo sino del machismo que persiste-; pero no se entiende cómo un montón de diosas inteligentísimas, que se siguen cultivando, estudiando maestrías o doctorados, viajando solas o con amigas, independientes económicamente, conscientes políticamente, que han ido o siguen asistiendo psicoterapia, permanecen junto a hombres que parecen haberse quedado muy atrás con lo poco que aprendieron y el patriarcado les dio, conservando sus creencias y posturas de siempre, negándose a salir de sus zonas de confort y piensa: "¿en qué momento se quedaron tan rezagados?" ¿Es por miedo a enfrentarse con sus care...