Este loco invento
Ya no puedo recordar cómo era mi vida antes; tal vez al levantarme y después de servirme el café prendiera la radio o el televisor; es posible que leyera el periódico o simplemente mirara por la ventana o hablara con las personas que vivían conmigo. Puede que no lo sepa, pero estoy segura de que no soy la única. Y es que, ¿alguien sabe cómo nos comunicábamos con los familiares o amigos que vivían lejos? ¿Qué hacíamos con nuestro tiempo muerto, ese en que no estábamos trabajando, estudiando, durmiendo o enamorándonos? Me dirán que usábamos el teléfono, hacíamos visita, íbamos al cine o nos sentábamos en una panadería a tomar café o gaseosa con pan. Pero para bien o para mal, nuestra existencia nunca será la misma: Internet se ha adueñado de ella y de nuestro tiempo. Tenemos a la mano desde pornografía hasta noticias de todos los rincones del mundo; desde vídeos de artistas desaparecidos hasta películas que aún no han llegado a los cines; desde recetas de cocina hasta la muerte de