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Mostrando entradas de abril, 2024

Orlando*

 Me siento sola, como Orlando, y al igual que a ella siento que se me escapan la vida y un amante. He salido de un consultorio y no hay nadie allí para tomar mi mano, para decirme que todo va a estar bien, así como nadie estuvo hace dos días cuando desperté hiperventilando por aquella pesadilla donde el fantasma se sentaba en una silla y me observaba amenazante; tuve que tomarme unos cuantos segundos para recuperar el aliento, pero tal vez todo hubiera pasado más rápido si unos brazos me hubieran rodeado. Estoy sola y aquellos a quienes di mi afecto no quisieron más que interrogarse sobre mi deseo, sobre adónde salía y a qué, casi siempre queriendo imponer su opinión sobre con quiénes debería hablar y verme, buscando ejercer sobre mí su poder y su control.  Es tan agotador que se hace mejor estar sola.  Aunque cada vez más, la vida y un amante se esfumen. *Protagonista de la novela del mismo nombre de Virginia Woolf, al inicio un joven caballero, que un día despierta convertido en muje

Diatriba contra un hombre cualquiera

 Esta va para un torpe que dijo sentir "algo especial": ¿Debí entender que especial no era sinónimo de "bueno" o  "bonito"? Porque daría la impresión de ser más bien un deseo muy intenso de dañar y herir ¿Por qué tan presto a lanzar el improperio, a rebajar y a restregar lo poco, mínimo dado o hecho? ¿Por qué se esfumó tan pronto la intención de cuidar, ese solo aparente deseo de protección? Ahora el ser al que supuestamente amabas te parece una sanguijuela dispuesta a chupar la sangre de cualquier criatura ¿Crees que estuviste con Mata Hari, con Cleopatra, con la Malinche? ¿Y acaso no tenían ellas el derecho de ser traidoras como lo han sido ellos? ¿Qué te duele a ti que sus besos y sus caricias sean de otro, te arde la pasión o te enerva la pérdida de un terreno que creías conquistado? Torpe, bajo, en cuestión de segundos tu lengua que tanto saboreaba escupe veneno No lamento que no sepas amar, lamento que sepas mentir Ve por tu senda, aunque sigas deja

Meditaciones

Caminaba bajo la lluvia y veía caer las gotas delante de mí, pero no las sentía en mi cuerpo El suelo era una plancha caliente que las esferas de agua no podían mojar Me sentía como rodeada por una cúpula de cristal (Aunque el ruido y el hedor me llegaban no de tan lejos)  Algo me aquejaba y el dolor me hacía pensar En el miedo que tenemos de cualquier cosa: De amar y ser engañados De morir resbalando en el baño De un robo en el que tomen nuestra bolsa y nuestra vida De enfermar gravemente o quedar lisiado, en cama ("vegetal" decían antes, ofendiendo a todo un reino). Pensaba en cuántos se ama y se han ido En la vejez, que me pisa los talones En cómo estamos atrapados en esta rueda aunque no queramos Que todos, padres, hijos, marido, jefe Piden algo Que seas lo que no eres o hagas lo que no quieres Y al final: el silencio, la nada Por allá, la salida, De esto, que es la vida.