Orlando*

 Me siento sola, como Orlando, y al igual que a ella siento que se me escapan la vida y un amante.

He salido de un consultorio y no hay nadie allí para tomar mi mano, para decirme que todo va a estar bien, así como nadie estuvo hace dos días cuando desperté hiperventilando por aquella pesadilla donde el fantasma se sentaba en una silla y me observaba amenazante; tuve que tomarme unos cuantos segundos para recuperar el aliento, pero tal vez todo hubiera pasado más rápido si unos brazos me hubieran rodeado.

Estoy sola y aquellos a quienes di mi afecto no quisieron más que interrogarse sobre mi deseo, sobre adónde salía y a qué, casi siempre queriendo imponer su opinión sobre con quiénes debería hablar y verme, buscando ejercer sobre mí su poder y su control. 

Es tan agotador que se hace mejor estar sola. 

Aunque cada vez más, la vida y un amante se esfumen.


*Protagonista de la novela del mismo nombre de Virginia Woolf, al inicio un joven caballero, que un día despierta convertido en mujer teniendo que afrontar las vicisitudes de su nuevo sexo, desde detalles como el vestuario hasta la elección de sus pretendientes. Es un viaje en el tiempo y en últimas, para Orlando, la búsqueda de un lugar en el mundo en el cual ser ella misma.

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