Mi cuerpo
Este territorio de pies helados como mares australes de piernas que se entrelazan siguiendo el ritmo agónico de un bandoneón con caderas poseídas por los espíritus del Sorte venezolano el vientre húmedo y palpitante, como la devastada Amazonía y mi cabeza, una tempestad de guerras eternas como las colombianas... Este continente pierde el aliento cuando lo elevas a cumbres como las bolivianas se deleita con los manjares peruanos que introduces en mi boca soy tu Uruguay, pequeña pero rebelde tu Paraguay, desconocida y lejana estos son tus dominios desde mi Patagonia hasta mi Punta Gallinas pero cuídame, podrías perderme cualquier día como a la ingrata Panamá.