Tú, allá
Y ahí estás, lejos de ella
saboreándola en tu recuerdo
cargando con tu pesada humanidad
sin querer estar aquí ni allá
tenías que destruir lo único cierto
lo poco firme en tu suelo movedizo
esparcir tu mancha de odio sobre la superficie clara
escuchando a tus ruidosos demonios
que no te iban a dejar amarla
como ambos deseaban.
No se puede dar lo que no se tiene
y tú no puedes amar porque te odias
tu desprecio es una sarna que se extiende
a todo lo que intentas tocar.
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