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Carta para el día después

 ¿Cómo describir esa última vez? Solo sé que miraba hacia afuera y veía un callejón sin salida, tan desesperada me sentía... No sé cómo logré librarme y llegar a sitio seguro, si sabía que aunque luchara con todas mis fuerzas las suyas me doblaban.  Pero lo hice y no quiero volver a estar en esa situación en la que poco después de decir que me amaba fuera capaz de violentamente de tantas maneras, arrancándome el teléfono de las manos, insultándome, amedrentándome, haciendo cosas que luego solo justificaba y relativizaba... ¿Cuántas veces pasó y delante de cuántas personas conocidas y no? No vale la pena enumerarlas, es por el alcohol sí, por su problema con él, pero es mucho más: son sus inseguridades y la relación que se estableció entre nosotros; tal vez son los años de diferencia los que hacen que sea imposible, porque soy una especie de reto, de trofeo, no importa con cuántas hable, soy la experimentada, la que ha amado a otros antes que a él y con los que se quiere iguala...

Simulacro

  A veces -muchas veces- tu vida se asemeja a un simulacro de la muerte  Entonces, sientes lo poco importante que eres para todos lo pronto que te olvidarán cómo seguirán riendo y amando cuando ya no estés el brevísimo tiempo que perdurarás en su día a día y te preguntas para qué vivir cuál es el sentido de levantarte cada día del camastro intentando disimular una sonrisa actuando la farsa de la productividad calculas los minutos vividos y los que faltan ¿Cuántas veces escucharás tu nombre antes de morir?  Tu nombre que fue amor, pasión y rabia, todo junto ¿Cuánto tardarás en olvidar los suyos y los olores de sus cabellos? ¿Cuántos kilómetros recorrerás cuántas toneladas de comida ingerirás cuántos litros de orina y kilos de mierda expulsarás antes de irte?  ¿Cuántos orgasmos experimentarás desde que eras una virgen paralizada y seca hasta convertirte en una anciana ídem? ¿Cuántas abrazos forzados cuántos brindis fingidos te quedan? ¿Cuántas más danzas ejecutarás aun...

Yendo hacia ti

 Ansiosa voy a tu encuentro  temiendo que mi cuerpo se disuelva convirtiéndose en un magma inasible al contacto con tus besos o que salga volando  como una cometa sin hilo y se desoriente en el firmamento de tus caricias he deseado tanto tus manos sobre mi piel que me da miedo caer muerta y no poder sentirlas Ahora que el miedo desapareció el mundo quedó en silencio y el éxtasis que me nubla la razón, que todavía hace sentir sus réplicas  por toda mi humanidad quisiera dedicarlo a mis amigas, abuelas, tías a todas aquellas que no supieron  nada del placer.

"Pierde la esperanza y empieza a hacerlo"

 No son pocos los que toleran la existencia gracias a esa idea tranquilizante de: "hoy estamos mal, pero mañana estaremos mejor"; ya sea en referencia a su estado anímico, económico o laboral, la situación del país en el que viven o del planeta en general. Pareciera que la idea de un futuro estado de mayor bienestar que el actual nos sostiene nos permite resistir los embates de la cotidianidad, de la catástrofe ambiental que se avecina, del dolor de la existencia, del vacío y la tristeza que produce que ninguna cosa o actividad nos satisfaga del todo y casi nada dependa de nosotros; pensando que algún día llegará el amor que nos reparará, la verdad que nos guiará, la justicia que nos dará a todos techo y pan: el triunfo de la igualdad.  Pero, ¿de qué sirve esa esperanza? Tal vez solo le sirva a ellos, a los que sí manejan los hilos para que el mundo marche y todos ajustemos el paso, para que continuemos engrasando las ruedas de la inmensa máquina de la explotación y compremos...

¿Nos están quedando pequeños?

 Sin apoyar de ninguna manera las tesis absurdas de que el feminismo perjudicó a las mujeres (y sobre todo, de manera aún más ilógica, a los pobrecitos hombres), pues si bien el haber obtenido logros como el acceso al trabajo y a nuestros bienes no nos ha liberado de las obligaciones domésticas -que siguen siendo mayores en casi todos los casos, lo cual no es precisamente culpa del feminismo sino del machismo que persiste-; pero no se entiende cómo un montón de diosas inteligentísimas, que se siguen cultivando, estudiando maestrías o doctorados, viajando solas o con amigas, independientes económicamente, conscientes políticamente, que han ido o siguen asistiendo psicoterapia, permanecen junto a hombres que parecen haberse quedado muy atrás con lo poco que aprendieron y el patriarcado les dio, conservando sus creencias y posturas de siempre, negándose a salir de sus zonas de confort y piensa: "¿en qué momento se quedaron tan rezagados?" ¿Es por miedo a enfrentarse con sus care...

Des-aciertos

 El dardo que no da en la diana la bomba que no explota la bala que roza la sangre que no miente La histeria del cuerdo la solidez del loco la agonía del payaso la alegría del suicida La empatía del gato la hipocresía del perro la esperanza del atardecer la tristeza del despertar El desamor de los enamorados el optimismo de la guerra las lágrimas del asesino los pecados del beato La dignidad del estafador la lascivia del cura ¿Quién el bueno y quién el malo? Lo que dijimos y lo que no al vivo al muerto al desaparecido El daño que nos hicieron las dagas que clavamos  cada día de esta infame, luminosa vida

Quédate aquí

 En este reducido círculo  en el que solo tú y yo entramos siento que me abrazas me proteges y me cuidas aunque no pueda definirte más allá de intuir tu presencia cuando me miro al espejo acostándote en la cama cuando yo lo hago sentándote a mi lado en el piso de la ducha No eres un fantasma tal vez mi ángel guardián mi Ánima la sombra que proyecta mi cuerpo material  cuando sobre él rebota la luz ¿Cómo nombrarte? Sombra de mi sombra, luz de mi luz  desasosiego perenne, silencio que persiste aura que me rodea. No abandones tu puesto de vigilancia  ni aunque me veas a salvo no pestañees, si es que tienes ojos no dejes de respirar sobre mí: tu vaho es el calor que me abriga cuando mis huesos tiritan tu aliento húmedo apaga la hoguera que de vez en cuando crepita en mi ser no permitas que mi existencia se reduzca a cenizas De un ayer que quiere borrarme de un hoy que me ignora de un mañana que huye de mí eres yo, pero no soy tú  tu esencia es imposible de comp...