Quédate aquí
En este reducido círculo
En el que solo tú y yo entramos
Siento que me abrazas
Me proteges y me cuidas
Aunque no pueda definirte
Más allá de intuir tu presencia cuando me miro al espejo
Acostándote en la cama cuando lo hago
Sentándote a mi lado en el piso de la ducha
No eres un fantasma
Tal vez mi ángel guardián
Mi ánima
La sombra que proyecta mi cuerpo material cuando sobre él rebota la luz
¿Cómo nombrarte?
Sombra de mi sombra, luz de mi luz
Desasosiego perenne, silencio que persiste
Aura que me rodea
No abandones tu puesto de vigilancia
Ni aunque me veas a salvo
No pestañees, aunque no tengas ojos
No dejes de respirar sobre mí:
Tu vaho es el calor que me abriga cuando mis huesos tiritan
Tu aliento húmedo apaga la hoguera que de vez en cuando crepita en mi ser
No permitas que mi existencia se reduzca a cenizas
De un ayer que quiere borrarme
De un hoy que me ignora
De un mañana que huye de mí
Eres yo, pero no soy tú
Tu esencia es imposible de comprender para mi existencia humana:
Nos vemos al otro lado.
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