El hombre ideal
Deben ser muchas las mujeres bonitas e inteligentes que al pasearse por ahí con su dolor de cabeza de turno (digo, "pareja") escuchan de allegados y extraños la típica frase: "¿usted por qué anda con ese si puede conseguir algo mejor?" No dudemos de que tienen razón y que sus intenciones de vernos con tipos maravillosos sean sinceras -excepto por las amigas solteronas que se morirían de la envidia por tener al menos "eso" que nosotras tenemos-, pero ¿cómo hacemos para explicarles que ese que nos merecemos, ese inteligente, caballero, gentil y cariñoso hombre NO EXISTE? Porque, seamos realistas, nada más lejos de la perfección que un hombre, nada que sirva más de ejemplo para explicar la teoría de la evolución que un macho. ¿Alguien duda de su parecido con los primates? Siempre están mascando, rascando o golpeando algo, viven fascinados con oler cada uno de sus orificios y sus únicos intereses no son más que comer y reproducirse, y ahora, en la era del