Opiniones impopulares

 Si tuviéramos esa hermosa cualidad llamada miedo al ridículo tendríamos en cuenta estos tips:

- Que hayas nacido y vivido en una población cualquiera de este trajinado y saqueado país no lo hace el lugar más bello del universo. Te falta mucho, pero mucho mundo, Yesenia.

- Todos en algún momento de la vida hemos tenido una hora, unos días, unos meses, unos años miserables. La vida perfecta no existe sino en tu imaginación y en la de los desesperados que revisan las redes de los influencers para amargarse, Jhonatan. Ubícate.

- Ver películas navideñas gringas debería provocarnos vergüenza y depresión a los habitantes de este platanal: aquí no hay decoraciones lindas ni regalos soñados ni Santas rubicundos, aquí lo que hay es un sancocho vergonzoso de chucherías desechables chinas, mala comida y un montón de borrachos echando voladores, quedándose dormidos con la botella de Old Parr o aguardiente en la mano al lado del picó (parlante), despertándose cada vez que intentan apagárselo o llevarlo a acostar. Corronchería pura y dura.

- Tener un trabajo, casa propia, un carrito, familia no son sinónimo de felicidad, son las cosas que la sociedad prefabricada en la que naciste te hace creer que son las metas a lograr para todo ser humano. No presumas de tus miserias impuestas, te ves patético, Brayan.

- No nena, no eres fitness porque te operaste y el cirujano te marcó los abdominales y los bíceps y te recomendaron una rutina de gimnasio, dieta y masajes para no perder los milloncitos que invertiste: los cuerpos de los verdaderos deportistas no son tan perfectos ni exagerados. Deja de engañar al prójimo, Dismary.

- No gente, la salud mental no depende de nosotros ni es una actitud, es producto de una sociedad superficial y excluyente: a ese joven con esquizofrenia que no tiene seguridad social si no toma su medicamento pueden enloquecerlo las voces en su cabeza; a esa amiga bipolar no le dan ataques de locura cuando bebe, está enferma; ese adulto mayor deprimido no tiene apoyo psico social y además su pensión no le alcanza. Dejen de creer las bobadas de los fraudulentos coaches, los curas retirados que ahora son consejeros emocionales y de cuanto pastor, pseudo artista y charlatán que pontifican sobre lo que no saben. Vayan a terapia con psicólogos de verdad. 

De nada.

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