Una promesa
Siempre me pregunté si eso que sentía era amor u otra cosa, "tal vez es solo una pasión" me decía, al tiempo que pensaba "¡pero la pasión lo es todo!" Me veía como una de esas protagonistas de las películas que se enredaban con amantes tratando de escapar de sus rutinas, buscando beber de la fuente del amor que había dejado de fluir en sus vidas; trataba de huir de allí sin lograrlo al cabo de tantas semanas, tantos meses que acabé por pensar que debía dejar de evadirlo y hacerle frente. Traté de configurar en mi cabeza una relación que implicara olvidarme no solo de las señales, sino de los hechos que entre los dos habían hablado tan alto y tan claro. Entonces descubrí que no podía atrapar el humo y que esa pasión era, como el título de un maravilloso libro de Sara Ahmed que por casualidad llegó a mis manos, "La promesa de la felicidad": de una imposible y efímera como la llamita de las luciérnagas, solo presente en escasas ocasiones en las relaciones ...