¿Qué es la universidad?

Ahora que las arengas han vuelto a ponerse de moda y que los mamertos de corazón sentimos cómo se nos eriza la piel ante el resurgimiento del decaído movimiento estudiantil...

Ahora que los jóvenes que no han sucumbido al yugo del blackberry se movilizan, van por ahí concientizando, atraviesan pupitres a la entrada o sacan a la gente de los salones para que "se sumen compañeros, al paro nacional universitario", no dejo de preguntarme  ¿Qué es lo que defendemos? ¿qué diablos es la universidad?

Tal vez el afán del ser humano por construir conceptos abstractos como el amor o la lealtad; por implantar en el inconsciente colectivo imaginarios que no se corresponden con la realidad llevó a alimentar la idea  (especialmente en la mente de los pseudo intelectuales de todas las épocas) de un templo del saber en el que Pitágoras y Sócrates departían mientras los jóvenes aprendices los escuchaban atentamente... lo cierto es que los que hemos pasado por allí sabemos que nada de eso existe, sólo grupillos de pedantes que creen que todo se puede saber y presumen con sus notas de 4.8 o vagos que se dedican a planear su día en función de jugar a las cartas o al billar. Mis conocidos lo saben: en mis seis años y medio de carrera sólo aprendí a desmoñar la bareta y a conseguir la manera de emborracharme más efectivamente con los tragos baratos que siempre eran los más prendedores.

Yo misma me hice docente universitaria para ganarme la plata sin mucho esfuerzo y admito que nos sentimos dioses (siendo tan mediocres como ellos pero con mucho más kilometraje) criticando a los pobres imbéciles que se nos sientan al frente con los ojos abiertos porque ignoran más de la mitad de las palabras rebuscadas (y no tanto) con que intentamos impresionarlos -eso sí cuando no están riéndose del moco que tenemos colgando en la nariz o mirando el último mensaje que les llegó a su celular o por el pin- y es que supuestamente ellos NO SABEN NADA. La verdad es que nosotros tampoco sabemos nada y nos encanta que cada año nos den las mismas clases para poder repetir la misma verborrea desactualizada e inexacta de siempre.

Es una lástima que lo que antes era un desparche para los niños ricos se haya vuelto una obligación y las señoras que trabajan como empleadas domésticas tengan que salir a rebuscarse el triple porque sus hijos adolescentes tienen  que ser universitarios. Si a mí me preguntan, de esa Alma Máter, de esa madre nutricia que proporciona el alimento intelectual no hay nada, nunca lo hubo porque no han sido más que chuzos, negocios que comercian con diplomas y diplomitas que no hacen a sus dueños más valiosos que un agricultor o un panadero.

Bueno, al menos a algunos les enseñan a construir edificios, porque a otros sólo nos enseñaron a hablar mierda...

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