Liberada

Paranoica como siempre, creía ver en sus caras saturadas de polvo compacto una mezcla de lástima y satisfacción cuando me mostraban el álbum de matrimonio; también yo era un poco culpable por ser tan condescendiente y poner mi mejor gesto de ensoñación cuando veía las fotos junto al espejo de la sala cortando la torta y en el momento de darse el emocionado beso que sellaría la indestructible unión... En el fondo siempre pensaba ¿esto es lo que quiero para mí? Pero no dejaba traslucir la duda: tenían que creer que las envidiaba, eso sí, con pura envidia de la buena...

La charla sobre bebés sí que no la podía aguantar, tenía que huir antes de que me mostraran uno a uno los años de dicha transcurridos desde el momento en que Dios las bendijo siendo mamás; yo que he sido niñera de primos, cuñaditos y hasta hijastras, sabía lo horrible que puede resultar tratar de satisfacer las necesidades de una criatura más irracional de lo normal... y ahí sí que no podía disimular.

Un día decidí dejar de mentir y empecé por no asistir a las reuniones de exalumnas; al principio me molestaba en inventar excusas, después no volví a hacerlo y sé que a ellas tampoco les importó.

Casi sin darme cuenta empecé a disfrutarlo: mi tiempo, mi cuerpo y mis sentimientos eran míos, nadie debía estar ahí para satisfacerlos; a nadie debía complacer más que a mí misma y esto en todos los campos. De ahora en adelante no haría más concesiones.

Aunque he experimentado el amor y no niego que ciertas cosas se disfrutan mejor en compañía ¿Por qué albergar un pavor irracional a quedarme sola? ¿Por qué sentirme mal por no tener lo que tienen otras cuando yo tengo algo de lo que ellas carecen? ¿Cómo es que no me di cuenta de que lo que llamaba soledad era simplemente libertad? ¿Cómo fui tan ingenua para lamentar la ausencia de yugos, deberes y compromisos? ¿Cómo alguien puede quejarse por tener la posibilidad de ir adonde quiera, con quien quiera y cuando quiera; de comer lo que se le antoja, decir lo que piensa y dormir cuanto le apetece? ¿Qué clase de persona autocompasiva y patética habían hecho de mi?

¿Será posible que por fin haya despertado?

Comentarios

  1. CULPAME A MI A MI SOLAMENTE A MI Y AL RIO MAGDALENA QUE SE LA PASA VIAJANDO, CULPA A LAS HUERTAS QUE NO DESPIERTAN EL YUGO DE LOS ASESINOS, CULPA A LOS ARREBOLES QUE SE ENSAÑAN CONTRA EL CIELO CADA AMANECER, CULPA A PASTOR LOPEZ, A COMPAI CHIPUCO, CULPA A LOS ANGELES QUE SE NIEGAN A ESCUCHAR TUS ORACIONES PERO SOBRE TODO CULPA A BOECIO SU RUEDA DE LA FORTUNA QUE NUNCA PARA. CULPA A BOLILLO Y SUS TRAGOS MORTALES, CULPA AL TRAVESTI QUE AGREDIO BOLILLO PERO SOBRE TODO CULPA AL MALDITO RIO MAGDALENA QUE TANTOS CAIMANES ARRASTRA EN SU CAUCE

    ResponderEliminar
  2. :)... la soledad no necesariamente es tristeza. Gracias.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Los amantes

Soledad y libertad

Monogamia feroz