Acerca de la guerra y la muerte

"La guerra, en la que no queríamos creer, estalló y trajo consigo una gran decepción" frase de Sigmund Freud a propósito de lo que consideraba la pérdida total de los límites de la ética y la moral por parte de ambos bandos durante la Primera Guerra Mundial, que nos muestra cuán ingenuos podemos llegar a ser los seres humanos cuando reclamamos el uso de la fuerza para resolver las diferencias entre propios o extraños ignorando que esta nunca será una buena opción.

Me pregunto si alguna guerra ha respetado las normas de la moral y las buenas costumbres: si así fuera no estaríamos hablando de guerra sino de otra cosa; ninguna ha tenido contemplaciones con el enemigo y siempre ha recurrido a métodos infames -el mismo Freud lo refiere- como envenenar las aguas o cerrar las entradas de alimentos a los pueblos sitiados... En tiempos máas cercanos hablamos del asesinato de civiles inocentes, del uso de sustancias que dejan secuelas a largo plazo como ocurrió en Hiroshima durante la segunda guerra, o en Palestina con el uso del fósforo blanco. 

Freud era pesimista y así lo muestra en un debate epistolar con Albert Einstein, quien sí cree en una posible pacificación del mundo. Para el padre del psicoanálisis la agresividad es parte del individuo, una pulsión -la de muerte- que tiende al retorno al estado primigenio, esa nada de donde venimos; pero es también una respuesta a la socialización o lo que él denomina la sofocación de los instintos, la instauración de límites a nuestros deseos (especialmente los sexuales); la paradoja es que, aunque parece criticar a la sociedad y sus normas, no deja de reconocer que estas últimas son necesarias para la convivencia entre personas. Al parecer no se puede dejar de inhibir, por lo tanto siempre habrá una respuesta agresiva, más de algunos individuos que de otros, pues no todos respondemos por igual a la prohibición.

La guerra está por todas partes y no culpo a Freud por su desilusión, es que ¿cómo podemos vivir en un mundo así? ¿Cómo podemos tener esperanza ante los depredadores que amenazan con tragarnos constantemente?  No sólo son las balas y las bombas, todo alrededor nos dice que no somos suficientes, que no lo lograremos... Para vivir tenemos que hacernos los ciegos, los tontos, de otra manera nos suicidaríamos. Uno puede entender que muchos se recluyan en sus casas y se escondan detrás de un alias permaneciendo en un mundo virtual del que no quieren salir, haciéndolo a veces sólo para causar daño como respuesta, como venganza, como sucede con esos jóvenes y traumados tiradores en Estados Unidos.  

El mundo nos ha decepcionado y tal vez nosotros también decepcionamos al mundo. No hablo de la tierra, porque ella no ha dejado de ser lo que es, algo profundamente excelso hasta las lágrimas: sino del estúpido mundo que los homo sapiens hemos creado dentro de ella.

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