La fuerza de la vida

 Hace algunas semanas un psicólogo dijo en televisión "los colombianos tenemos que ser muy resilientes*, de otra manera no se explica que sobrevivamos en situaciones tan adversas". Puede que nuestros gobernantes y algunos fanáticos nacionalistas no lo reconozcan, pero un grueso de los habitantes de este país carece hasta de lo que se considera un mínimo básico en otras tierras, como el derecho a la vida, a la salud y a un trabajo y vivienda dignos. 

Podríamos agregar que todos los humanos somos resistentes, pues no solo aquí subsistimos en condiciones precarias, ¿Acaso alguien entiende cómo esas mujeres y niños en África que sobreviven sin agua ni alimentos caminan, ríen y hasta bailan aferrándose a ese hilo de vida que les queda en circunstancias tan agrestes? Las demás especies también lo son y hasta la tierra misma o ¿esos animales maltratados, afectados por fenómenos de la naturaleza o manos humanas que se levantan de la muerte, los bosques que reverdecen después del incendio, los ríos que recuperan su caudal después de casi desaparecer, no son un ejemplo de la fuerza de la existencia?

Tal vez hemos aprendido a vivir a pesar del dolor y la decepción que nos produce cada pequeña y gran tragedia de nuestro paso por el mundo. Debe ser que la vida y la esperanza son muy fuertes o que nos resignamos y terminamos aceptando que este es un "valle de lágrimas" del que ninguno sale bien librado...

Y en esta tierra que llamamos madre uno ve a los indígenas, a los jóvenes y a los marginados poniendo los muertos en las refriegas, resistiendo aunque los compañeros caigan a su lado, tan firmes y tan valientes -el coraje del que no tiene nada que perder, dicen algunos, pero no es solo eso: es que crecieron en la lucha- y eso a los cobardes, a los que apreciamos en exceso la vida no deja de avergonzarnos, y a veces también, alentarnos.

Entonces sentimos que debemos apoyarlos como sea, nos creemos hermanados con ellos, los apoyamos aunque sea solo a la distancia. Tal vez no sirva de mucho ese pequeño activismo sentimental pero, como dice la canción: quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón; tal vez solo debemos recordar que nuestro principal deber como humanos es luchar contra la pereza y el negativismo, contra nuestro escepticismo, para seguir creyendo que es posible un mundo -aquí y ahora, no en otra vida-: mucho, pero muchísimo mejor. 

* Resiliencia: en psicología, capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, una catástrofe, un accidente, etc.


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