La Doctora
He llegado a dudar de que la que se manifiesta en las redes sea su personalidad real, pero también me cuesta creer que sea todo parte de una actuación, de un personaje que (para su complacencia, al parecer) le genera tantos odios como amores. Me refiero a la sobrina de nuestra flamante exministra durante el gobierno de Betancur, a quien por cierto se le atribuye haber intentado ocultar los hechos del Palacio de Justicia con la transmisión de un partido de fútbol (por cierto, ¡qué sorpresa desagradable saber que este bonito deporte puede ser utilizado para fines tan abyectos!). Por momentos creo que le gusta ser odiada solo para luego victimizarse y gritar a los cuatro vientos: soy la única voz sensata en este muladar, me odian por ser mujer, feminista y vegana, pero sobre todo muy docta, conozco tanto el idioma que me tocó en gracia como lengua materna que me puedo jactar de decir cuanta palabra vulgar se me ocurra, porque cuando la digo lo hago con suficiente conocimiento de causa,