Oda al cine

Quién se podría haber imaginado que una película “pochoclera" (que es como suelen llamar los argentinos a las producciones que recaudan miles de millones de dólares en taquilla), X- Men Apocalipsis, me llevaría atrás, a mis épocas de infancia, a los primeros años de la década de los 80s, momento en el cual empecé a tener consciencia de mí y del mundo... De hecho, tal como aparece allí, el primer presidente estadounidense del que tengo memoria es Reagan, al cual, sin saber en esa época de demócratas ni republicanos, admiraba por haber sido actor de Hollywoood...

Verla me hizo pensar en las tantas guerras y los miles, tal vez millones de muertos que ha habido desde ese momento hasta ahora en el mundo y en mi propio país, muertos de todas las edades, razas y credos, muertos por el hambre y las disputas territoriales, religiosas, políticas y económicas…. Recordé la primera sensación al entrar al teatro y ver mi primera película, recuerdo pensar que todo era posible: viajar al pasado y al futuro, cambiar el destino y salvar al planeta, poder viajar a otros mundos y entrar en esas otras dimensiones. Sí, ahora que lo pienso el cine nos regaló a mi hermano y a mí -y también a muchos otros- un mundo de fantasía al cual escapar cuando la realidad es demasiado fea (que es casi siempre). Y, en estas épocas de polarización es gracias al cine que podemos hablar él y yo sin agredirnos. Es por él que volvemos a ser un par de niños que ríen sin parar. Sigue siendo nuestro primer y más grande amor. Y es el único que nos sigue haciendo sentir mariposas en el estómago cada vez que se apagan las luces y empieza a rodar la cinta. 

Sólo desearía una película eterna de la cual nunca tener que volver a salir.

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