Entradas

Mostrando entradas de 2011

Tributo

Una flor que se abre, el sol que inevitablemente sale cada día, un pájaro que se posa sobre la antena de televisión y mi gata que se estira perezosa en el suelo tibio; una lagartija acaba de atrapar un zancudo. La vida que se extiende sobre mis ojos... Y la muerte.  Hoy ha dejado sobre mi puerta una mariposa negra y me pregunto si será un mal presagio. Afortunadamente no creo en los presagios. Ni en el destino. Creo en el amor con que amo a mis amigos y a mi mascota. El amor con el que amo a todo el que me sonríe aunque no me conozca (tal vez me sonría precisamente porque no me conoce, pero da lo mismo). Nos inventamos tantas tonterías en qué creer, tanto por qué luchar, tanto qué desear que nos hicimos invivible la vida. Siempre insatisfechos, siempre culpables, siempre buscando. Matándonos, matando por cosas sin aliento, por cosas muertas, mientras a nuestro alrededor lo vivo vive o se pudre.  Y eso tan fuerte que sobrevive muchas horas al frío y a la intemperie o bajo tonelad

¿Siempre es acerca de nosotros?

Sé que no puede haber cosa peor que preguntarse cuál es el sentido de la vida, es una pregunta sin respuesta, más de dos mil años de filosofía y religión demuestran que cualquier cosa que se diga al respecto no es más que mera especulación. He llegado a pensar que no hay sinsentido mayor que el acto de existir, algo que no decidimos y sobre lo que no tuvimos ningún control, un acto egoísta e irresponsable de los que según el dogma deberían ser nuestros ídolos por el sólo hecho de habernos traído al mundo a través de algo tan básico como la cópula. ¿Qué sentido puede tener la existencia si significa soportar fracasos, malestares y frustraciones? Porque ¿Habrá algo más frustrante que tener que lidiar con otros? Intenta amar y verás como no eres correspondido, intenta dar todo de ti y verás cómo se aprovechan, intenta ser generoso y terminarán abusando. Siempre terminarás sentiéndote insatisfecho porque nadie te dará lo que esperas y lo que es peor, nadie nunca estará satisfecho cont

¿Qué es la universidad?

Ahora que las arengas han vuelto a ponerse de moda y que los mamertos de corazón sentimos cómo se nos eriza la piel ante el resurgimiento del decaído movimiento estudiantil... Ahora que los jóvenes que no han sucumbido al yugo del blackberry se movilizan, van por ahí concientizando, atraviesan pupitres a la entrada o sacan a la gente de los salones para que "se sumen compañeros, al paro nacional universitario", no dejo de preguntarme  ¿Qué es lo que defendemos? ¿qué diablos es la universidad? Tal vez el afán del ser humano por construir conceptos abstractos como el amor o la lealtad; por implantar en el inconsciente colectivo imaginarios que no se corresponden con la realidad llevó a alimentar la idea  (especialmente en la mente de los pseudo intelectuales de todas las épocas) de un templo del saber en el que Pitágoras y Sócrates departían mientras los jóvenes aprendices los escuchaban atentamente... lo cierto es que los que hemos pasado por allí sabemos que nada de es

Aquí la histeria es masculina

Además del agobiante calor, del chisme, la maledicencia y la criticadera, en este pueblo olvidado de los dioses tenemos que soportar las pataletas de las damiselas con pene que pululan en las casas de los barrios "bien" (aquellas que se destacan por el buen gusto y la sobriedad de sus decoraciones), por lo que nos toca a las mujeres hacer acopio de una gran dosis de paciencia y tolerancia. Aunque el término popularizado por el psicoanálisis se aplicó en principio a una sintomatología que parecía ser exclusivamente femenina ( histeria significa útero), no sólo ya no se utiliza en medicina  sino  que todo indica que se presenta indiscriminadamente en ambos sexos. No sé si sea cuestión de culpar a esas madres frustradas e insatisfechas que vuelcan en sus hijos varones el amor obsesivo que no pueden depositar en sus maridos indiferentes y ausentes (ya que éstos están más que ocupados tratando de conseguir el dinero para mantener a la amante de turno que no deja pasar pol

El hombre ideal

Deben ser muchas las mujeres bonitas e inteligentes que al pasearse por ahí con su dolor de cabeza de turno (digo, "pareja") escuchan de allegados y extraños la típica frase: "¿usted por qué anda con ese si puede conseguir algo mejor?" No dudemos de que tienen razón y que sus intenciones de vernos con tipos maravillosos sean sinceras -excepto por las amigas solteronas que se morirían de la envidia por tener al menos "eso" que nosotras tenemos-, pero ¿cómo hacemos para explicarles que ese que nos merecemos, ese inteligente, caballero, gentil y cariñoso hombre NO EXISTE? Porque, seamos realistas, nada más lejos de la perfección que un hombre, nada que sirva más de ejemplo para explicar la teoría de la evolución que un macho. ¿Alguien duda de su parecido con los primates? Siempre están mascando, rascando o golpeando algo, viven fascinados con oler cada uno de sus orificios y sus únicos intereses no son más que comer y reproducirse, y ahora, en la era del

Un día de mierda

Una de las fiestas comerciales que más detesto es ésta del amor y la amistad, donde todo el mundo se ve obligado a comprar chucherías para regalarle al compañero de oficina que le salió en un papelito aún cuando no tenga con él o ella más que una relación laboral, o a la pareja (porque el amor se alimenta de detalles), aún cuando todos sepamos que las relaciones están más llenas de odio que de amor y eso no lo arregla ningún chocolate. Pero además de la hipocresía lo que más me molesta es que en este inmundo país se celebre precisamente a mediados de septiembre, cuando para mí se cumple un año más de la muerte de la persona que más quería en el mundo y que tuvo la desgracia de morir precisamente el 15, la misma fecha en que nació. Mientras yo lloro mi desgracia los malditos imbéciles, los retrasados que ya no entienden ni siquiera su lengua materna se deleitan comprando botellas de bebidas asquerosas y baratas, preparándose para poner en sus carros a todo volumen su música e

Historia de una traición

Aunque ambos eran inteligentes, el menor siempre se destacó por una gran malicia que en ocasiones se convertía en crueldad. Era manipulador y siempre lograba que el mayor se sometiera a sus órdenes, ya que éste sólo buscaba complacerlo y lograr -algún día- la misma admiración que él le prodigaba... Nunca hubo indicios de rencillas o rivalidad, sólo una “competencia sana" dirían algunos; lo cierto es que nadie podría sospechar que el del humor negro, el encantador de serpientes, el desfalcador del municipio, albergaba un odio callado y antiguo contra su hermano, tan antiguo como los juegos y las escapadas al río de cuando eran niños, como los primeros amores y las primeras borracheras, como los sueños de ser inmensamente ricos para rodearse de todo lo que les gustaba... Sí, lo odiaba y él mismo no sabía por qué, tal vez le molestaba su ingenuidad, su estúpida actitud bonachona, su pusilanimidad... Cuando el negro se metió en el negocio no tardó en convencer al mono de que

Instrucciones para volar una nave espacial

Éramos afortunados: teníamos la casa para nosotros y sólo debíamos asegurarnos de que todo estuviera ordenado pasadas las seis cuando mi mamá llegara del trabajo. Además, la mesa del comedor era redonda y el adorno que estaba en el centro -un tazón con frutas de vidrio- le daba la forma puntiaguda que necesitábamos cuando extendíamos la sábana por encima. Luego, sólo era cuestión de acercarla al equipo de sonido que con sus botones y luces era la perfecta tabla de control, meternos debajo, cerrar todas las compuertas y despegar... Mi hermano era el capitán y sabía hacer las voces de los operadores, un poco gangosas, y bastante incomprensibles. Los viajes eran accidentados pero siempre aterrizábamos sanos y salvos para seguir con otro juego. Cuando le regalaron el cassette con la banda sonora de James Bond nos dispusimos a recrear las películas que habíamos visto y sólo necesitábamos a un malo, porque yo era la bella damisela y mi hermano el héroe. Los amigos ingenuos que eran invi

Derrumbándome

A veces la gente se cansa de las quejas de los que vivimos mirándonos el ombligo y nos confronta con frases como ¿usted chillando porque se siente solo mientras el mundo se cae a pedazos? Aunque a veces les doy la razón podría responder ¿Y cuándo no? ¿Existe algún período en la historia de la humanidad que no esté marcado por las guerras, la injusticia y los crímenes atroces? ¿Eso nos quita el derecho a lamentar nuestra infeliz existencia? Una vez más los payasos de peluquín se reúnen para invadir un pobre país rico hasta hace poco liderado por un dictador montado por ellos mismos y lo hacen auspiciados por las organizaciones de papel creadas para legalizar sus fechorías; el imperio que se resquebraja intenta salir del fondo saqueando y mutilando inocentes; hacen cumbres en las que todos sus miembros se frotan las manos pensando en la tajada que obtendrán cuando tenga lugar la repartija; hay hambrunas en África pero es así desde que tengo memoria y siempre son usadas para limpiar

¿Usted qué sabe?

Hace unos días, un consumidor de heroína en rehabilitación expresaba su indignación por lo que para él significaba mi falta de autoridad en el tema diciendo "¿usted qué puede hablar de las drogas si no ha tenido problemas con ellas?". Le dí la razón, pues aunque he probado algunas ninguna logró engancharme al punto de llegar a la adicción. Es de esto último que sí puedo hablar, porque soy una adicta: soy afecto-dependiente. Desde los catorce años no recuerdo haber pasado más de un par de meses sola, siempre he estado en una relación o saliendo de ella, he llorado y me ha costado trabajo dejarlas, he sufrido por muchos hombres y en eso he sido democrática, no he hecho distinción de raza o credo. Me he enamorado de pequeños delincuentes en ciernes que luego se convirtieron a la fe; de mujeriegos incansables que hoy están felizmente casados y se sienten realizados viendo crecer la familia y sus barrigas; de ricos herederos y pobres a los que tocó cargar bultos en las plazas de

Otro día

Las horas pasan lentamente, no sé por qué se hacen cada vez más largas, dicen que es por la falta de ocupación y yo juro que trato de ocuparme: voy del computador a un libro, de una habitación a la cocina, hago café y fumo; el calor abrasa, el sudor resbala por mi piel pegajosa... Leo las noticias, pienso en las supuestas cosas buenas que están pasando en este asqueroso país y la voz de un duendecillo me recuerda que no podemos fiarnos de las supuestas buenas acciones, que todo es parte de un plan mucho más macabro que el anterior... Y yo no sé qué pensar, ¿Importan las intenciones cuando los actos pueden beneficiar a muchos? ¿Aunque sólo se hagan por egoísmo, propaganda o intereses, no habría que sentirse feliz de que por fin esté asomando la justicia? Igual tampoco creo en la filantropía pero gracias a unos cuantos ególatras se han logrado cosas buenas (y una cantidad de desastres también). Veo al tirano revolviéndose y no puedo dejar de alegrarme, fantaseo viendo su camisa roja de

Mi primer amor

  Tenía la piel blanca -sorprendentemente blanca en una familia de trigueños- y se sentía orgulloso de ella. Aunque no medía más de un metro con sesenta se destacaba entre sus hermanos por su inteligencia e ingenio y por su habilidad para conquistar a todos. Era, al menos para los varones, "el galán" de la familia. Cuentan que de niño era muy travieso y que al crecer esas travesuras dejaron de ser inocentes, pero él siempre encontraba la manera de salirse con la suya a pesar de que su padre era un hombre recio y estricto. Se salvó de muchas pelas a punta de gracia, aunque ya no le alcanzó cuando descubrieron que en vez de estudiar medicina en la capital andaba de juerga con la plata que le mandaban.  Dicen que eso sí le dolió el viejo y que a partir de ahí la relación nunca volvió a ser la misma. Es que le gustaban mucho el trago, el juego y las mujeres... Tenía siempre varias novias, pero yo sabía que estaba de primera en su corazón y que sólo a mí me era fiel. Leía poe

¿Alguien querrá leer esta mierda?

Hoy me levanté un poco menos triste de lo habitual, como cosa rara en este infierno de 35ºC a la sombra, la mañana estaba fresca y yo, a mi pesar, estaba viva... No quise preguntarme otra vez por qué estoy tan sola, por qué mi teléfono no suena a pesar de funcionar bien y por qué no logro materializar mis ganas de salir a pegarle un escupitajo en la cara a alguien; claro, la decisión sería muy difícil... ¿a quién escoger? Hay tantas personas que despiertan ese deseo en mí, tanto imbécil por ahí que no soporto siquiera que respire a mi lado... No sólo yo, otras personas lo saben, dentro de unos pocos años viviré en una casa hedionda rodeada de gatos y gritaré incoherencias mientras me desnudo y ofrezco mi cuerpo asqueroso a los transeúntes... Es mi destino, odio el mundo, no a la tierra ni a las aguas ni a los animales, odio al maldito ser humano, que tiene siempre que cagarlo todo...

“Yo pensé que sabía, pero no sabía nada"

La frase es del documental Farenheit 9/11 de Michael Moore que acabo de ver por segunda vez después de casi tres años. La pronuncia una madre que perdió a su hijo durante la invasión a Irak (que todavía no termina) y que en un principio se siente orgullosa de servir así a su país en una guerra que para ella está absolutamente justificada. Luego de su pérdida está parada afuera de la Casa Blanca, llena de rabia, de indignación, con ganas de gritar, de golpear, de desahogarse y alguien se le acerca para decirle que hay algunos que sólo fingen ser víctimas... Ella no aguanta más y reacciona, si alguien sabe de dolor es ella, no va a aceptar que le quiten eso, es lo único que le queda... Aparte de comprobar que uno no es inmune al paso del tiempo y que muchas cosas han cambiado en mí en estos últimos dos años, el documental me permitió una vez más contemplar petrificada las dimensiones incalculables que alcanza la estupidez humana (representada soberbiamente en la figura de Georgie Bu

Arde Londres

Anoche Londres ardió en llamas: jóvenes y viejos; anarquistas, revolucionarios o simples vándalos saquearon los almacenes e incendiaron vehículos. Las noticias dicen que a través de sus blackberrys los involucrados dieron a conocer sus hazañas... Los indignados en España no se cansan de repetir sus maravillosas arengas a pesar de ser perseguidos y echados de las plazas públicas... El paisa maluco y atarván  que dirigía la selección Colombia golpeó a una mujer y tuvo que renunciar a tan alto cargo... Mis únicos amigos están metidos de cabeza en su primera experiencia audiovisual... Y el otro paisa, el ex dictador a quien le hubieran hecho un favor si le pegan un balazo en la cabeza para no tener que contemplar él mismo su caída, no deja de lanzar veneno a través de mensajes electrónicos... Todo a mi alrededor se mueve y yo sigo aquí, estancada, quieta, como la niña fea de la clase a quien no dejan entrar a ninguna ronda y espera a un lado su oportunidad... No he fracasado aún porque to

¿Y......?

Soy autoreferencial. Soy ególatra y egoísta. Sólo me importa mi infelicidad... Es que no me engaño, pienso que la única persona por la que puedo hacer algo soy yo misma: puedo seguirme volviendo mierda o decidir no sufrir más (o al menos no por lo mismo)... Pero la demás gente, no sólo está de paso en mi vida sino que les importa un coño si vivo o me  muero, si estoy en este momento bailando o pensando en tomarme todos los frascos de cosas tóxicas que hay dentro de mi casa; a nadie le importa la felicidad de nadie, nadie es tan desprendido ni generoso, ¡la filantropía no es más que egoísmo y ganas de decir: "¿si ve? yo sí hago algo, no como ustedes los insensibles!" Pero nadie va salvar a este puto mundo, así que no me pidan que salga de aquí porque no me da la malparida gana...

¿Por qué?

No recuerdo ahora si alguna vez me apasioné por algo, la mayor parte de mi vida la he pasado criticando a los que dan la vida por un ideal, un ídolo o un equipo de algo... Yo sólo doy vueltas alrededor de mis propios problemas -que son los mismos siempre-, porque aunque finja que algo me hace feliz siempre la sensación última es que al fin y al cabo nada tiene sentido, porque la muerte está ahí... Tal vez fue el enfrentarla tan pronto y tan cerca, quedándome "colgada" con un complejo de Electra sin desarrollar, con una madre que "tuvo" que ser dura para que sus hijos no se descarrilaran; con tantos temores y complejos, que me dejaron "pegada", paralizada, incapaz de hacer, de planear, de desear; con una eterna desesperanza y apatía, buscando sólo el placer, evitando todo esfuerzo y todo dolor porque es tan duro sufrir... Y ya es tan duro este mundo como para buscar conscientemente la infelicidad...