Entradas

Mostrando entradas de 2025

Una promesa

 Siempre me pregunté si eso que sentía era amor u otra cosa, "tal vez es solo una pasión"  me decía, al tiempo que pensaba "¡pero la pasión lo es todo!"  Me veía como una de esas protagonistas de las películas que se enredaban con amantes tratando de escapar de sus rutinas, buscando beber de la fuente del amor que había dejado de fluir en sus vidas; trataba de huir de allí sin lograrlo al cabo de tantas semanas, tantos meses que acabé por pensar que debía dejar de evadirlo y hacerle frente. Traté de configurar en mi cabeza una relación que implicara olvidarme no solo de las señales, sino de los hechos que entre los dos habían hablado tan alto y tan claro. Entonces descubrí que no podía atrapar el humo y que esa pasión era, como el título de un maravilloso libro de Sara Ahmed que por casualidad llegó a mis manos, "La promesa de la felicidad": de una imposible y efímera como la llamita de las luciérnagas, solo presente en escasas ocasiones en las relaciones ...

Cavilaciones

 Lo peor que nos puede pasar es estar convencidos de que tenemos la razón, de que vamos por el sendero correcto mientras otros equivocan su camino. No, nunca vamos por la vía precisa (porque no existe) menos cuando más lo creemos; lo único acertado, recomendable, sano es dudar hasta de nosotros mismos. La vida, la de todos, es como un techo del cual nunca terminamos de tapar los agujeros: reparamos algo, parece haber funcionado, estamos tranquilos unos días, tal vez semanas o un par de horas y luego empezamos a sentir nuevamente que algo falla; las antiguas o unas nuevas goteras parecen estarse abriendo pero las ignoramos, sentimos por momentos unas mínimas salpicaduras que parecen imaginarias y de pronto, ante un aguacero inesperado toda nuestra habitación está chorreando, inundada. Entonces, vamos otra vez a intentar arreglar lo que irremediablemente terminará volviéndose a dañar. La solución, dirán algunos, es impermeabilizar el techo y en ese punto deja de funcionar la metáfora...

Ausencia

 El viento sigue soplando con furia El sol no da tregua Los perros ladran al atardecer  Los martillazos de la construcción vecina solo se detienen a mediodía Mi colchón se ahueca en el centro El sudor solo dibuja el contorno de un cuerpo Tu olor se esfumó de este lugar irrespirable Tu risa ya no resuena en la ducha La marca de tus labios desapareció de la taza que usaste Fuimos felices sin pensar que tal vez sería la última Si lo llego a considerar, Habría besado cada poro con mayor fruición  No hubiera rechazado ningún arrumaco  Aunque las plantas se secaran y el canario muriera en su jaula Aunque el teléfono brincara como poseído por una epilepsia Te hubiera raptado para siempre Entre mis sábanas.

Del 74

Ya habían matado a Allende Los Beatles nunca más tocarían juntos El viaje a la luna parecía un sueño borroso Y la vida comenzaba para una criatura Que no pidió venir, igual que todos Bien alimentada, como correspondía Querida, porque tocaba Reprendida, tal cual se debía Creció sin entender por qué Debía terminar la sopa Aunque hicieran 34° a la sombra Y el uniforme asfixiara Por qué Los secretos bajo la alfombra Los gritos como única manera de comunicarse Y callarse lo importante Los amores fueron esquivos  Las decepciones, constantes La felicidad, inalcanzable La vida, una ilusión perdida. Moriría sin saber De impuestos prediales y declaraciones de renta De lechos matrimoniales y cuartos de bebés Pero no digan Que no hizo lo que pudo.